miércoles, 28 de marzo de 2012

YATE REAL "BRITANNIA"


HMY “BRITANNIA”

El que fue yate real de la monarquía británica.
HMY Britannia en Leith- Edimburgo

HMY Britannia fue construido en los astilleros de John Brown & Co Ltd en Clydebank, West Dunbartonshire, Reino Unido, su Majestad la reina Isabel II presidió su botadura el 16 de abril de 1953 y fue dado de alta el 11 de enero de 1954.
Sus características principales son:

Eslora
126 metros
Manga
16,76 m
Puntal c/sup
13,71 m.
Calado
4,78 m.
TRB
5.769 TM
Desplazamiento
4.715 Tm
Velocidad crucero
21 nudos
Autonomía
2.400 millas
Turbinas de vapor
12.000 Caballos

HMY Victoria and Albert III
El buque fue diseñado con tres mástiles, un trinquete de 41 m, un palo mayor de 42 m y un mesana de 36 m. Los 6.1 metros( 20 pies)superiores del trinquete y mayor tenían un sistema que permitía abatirlos para poder pasar bajo los puentes.
Sus tanques de combustible almacenaban 330 Tm de Fuel-Oil aunque esta capacidad podría incrementarse con tanques adicionales hasta las 490 Tm. Asimismo tenía capacidad para almacenar hasta 195 Tm de agua dulce, suficiente para 10 días en caso de no funcionar las plantas potabilizadoras que producen 20 Tm de agua dulce por día.
El rey Jorge VI inició los planes de construcción de un nuevo buque real que sustituyera el Victoria and Albert III, pero falleció en 1952, cuatro meses antes de que se pusieran en práctica. La princesa Isabel, su hija, accedió al trono y dejó, junto a su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, su huella en el diseño del navío. La pareja real aprobó personalmente los planos preparados por sir Hugh Casson, arquitecto asesor, y eligió el mobiliario, los tejidos y los cuadros.
El Britannia en una visita a Canadá
Siempre que el Britannia viajaba por el mundo, a bordo del buque real, la Reina se sentía en casa. Cada una de las dependencias exhibe fotos de sus hijos, preciadas reliquias de la familia, valiosos objetos personales y regalos procedentes de todos los rincones del planeta. Incluso con los trescientos marineros que sumaba la tripulación del buque real al completo y con el personal de la Casa Real, la Reina confesó que el Britannia era el único sitio en el que se podía relajar de verdad.
Gracias en buena parte al buque Britannia, la Reina Isabel II es la monarca más viajera del mundo. Son muchos los grandes dirigentes del mundo que han subido a bordo del buque invitados por la Reina y la Familia Real y ha sido agasajados en sus salones del mismo modo que si hubieran acudido a uno de los palacios de la Casa Real.
Para visitas de Estado, se subían a bordo cinco toneladas de equipaje, en las que se incluía de todo, desde las joyas de la Reina hasta las botellas de agua especiales para el té de Su Majestad. A la Reina la acompañaban hasta 45 miembros de la Casa Real, quienes colaboraban con los oficiales y marineros del Britannia para garantizar que todas las visitas marcharan a la perfección y que no se pasara por alto el más mínimo detalle.
Comedor para banquetes

Uno de los bares de a bordo
Además de albergar banquetes y recepciones oficiales, el Britannia actuaba como embajador de las empresas británicas, promocionando el comercio y la industria del Reino Unido en todo el mundo. La Cámara de Comercio Exterior calcula que se obtuvieron unos beneficios de 3.000 millones de libras gracias a la promoción comercial del Britannia entre 1991 y 1995.
El Britannia ha alojado en luna de miel a cuatro parejas de la Familia Real Británica. En 1960, la princesa Margarita y Anthony Armstrong-Jones fue la primera pareja en luna de miel a bordo del buque real, que los llevaría al Caribe. La princesa Ana y el capitán Mark Phillips fue la siguiente pareja en 1973, esta vez en luna de miel por las Antillas. En 1981, los príncipes de Gales volaron a Gibraltar para subir a bordo del Britannia al principio de sus dieciséis días de luna de miel por el Mediterráneo. Cinco años más tarde, el Britannia alojó al nuevo matrimonio de los duques de York, que viajaron en luna de miel por las Azores.
Cama de la reina

Camarote de la reina
El Britannia es el único buque de la Armada británica que estuvo bajo el mando de un almirante. La única excepción fue su último capitán, que ostentaba el rango de comodoro.

Cuando un marinero se sumaba a la tripulación del Britannia, entraba en un mundo muy distinto del que podía conocer en la Royal Navy. Su consigna era «esforzarse a diario por lograr la perfección». Todos los miembros de la tripulación eran seleccionados cuidadosamente conforme a unos criterios sumamente exigentes y consideraban todo un honor y privilegio servir a bordo de este buque tan especial.
Camarote del Duque de Edimburgo

Fondeado
Las funciones de la tripulación eran muy diversas; entre otras, garantizar que la pasarela real no presentara nunca una inclinación superior a los 12°, arreglar las flores reales, bucear para inspeccionar el lecho marino bajo el buque y limpiar la plata. Los tripulantes operaban la lavandería a temperaturas que alcanzaban los 50 ºC, aunque tenían que seguir tan impecables como el buque.
Al marinero más joven le correspondía la dura tarea de fregar a diario las cubiertas de teca para mantenerlas siempre en perfecto estado. Con el fin de evitar molestar a la Familia Real, todas las labores que hubieran de hacerse cerca de los salones oficiales se realizaban en silencio y debían acabarse antes de las ocho de la mañana. Si un marinero se encontraba con miembros de la Familia Real, debía ponerse en firme y mirar al frente hasta que pasaran.
A finales del mes de junio de 1997 el yate real Britannia estuvo atracado en el puerto de Hong Kong en el curso de la entrega a China por parte del Reino Unido del enclave británico. El día 27 de julio del mismo año en su viaje de regreso a su base en Inglaterra el emblemático buque arribó a la base naval de Gibraltar en lo que fue su última singladura por los mares del globo ya que más tarde pasó a convertirse en un museo flotante.
Puente de mando

Cocina



Sala de máquinas



Una de las salas de estar



El jueves 11 de diciembre de 1997 HMY Britannia dejó de ser un buque de la Royal Navy. A la ceremonia de su desmantelamiento asistieron muchos de sus tripulantes de todas las épocas y sus familias. El acto de arriado de bandera estuvo presidido por la Reina y muchos de sus familiares en el muelle del ferrocarril de Portsmouth.
Durante sus 43 años y 334 días de vida como Yate Real ( también fue diseñado para convertirse en un buque hospital en tiempo de guerra, aunque nunca se utilizó como tal), llevó a la reina, a otros miembros de la familia real y diversos dignatarios a unas 696 visitas extranjeras y 272 visitas en aguas británicas, recorriendo un total de 1.087.623 millas y haciendo escala en mas de 600 puertos, en 135 países. Además, el buque iba a servir como un refugio móvil para la familia real británica en caso de guerra nuclear con la Unión Soviética.
El yate Real Britannia, con sus majestuosas cinco cubiertas, se encuentra atracado en Leith a sólo dos millas del centro de Edimburgo (Escocia), se ha convertido en un auténtico museo flotante muy visitado por los turistas, quienes se pueden hacer una idea de la forma de vida que llevaban los miembros de la familia real británica. El camarote de la Reina es, sin duda, el que suscita un mayor interés. Además, cuenta con una exposición que resume el último año de servicio del barco como yate real.

Embarcación auxiliar para el servicio real

En algunos viajes, se llevaba a bordo el Rolls Royce de la reina
Una organización, creada exprofeso, se encarga de su mantenimiento, recaudando fondos, muchos de ellos provenientes de la venta de recuerdos y cobro de entradas a los visitantes.

Los datos y fotografías obtenidos de Webs oficiales relacionadas con el Britannia.


Agosto 2010

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